“SEGUNDAS JORNADAS NACIONALES ABOLICIONISTAS SOBRE PROSTITUCION Y TRATA DE MUJERES Y NIÑAS/OS”

miércoles, 16 de marzo de 2011

PONENCIA: "Clasificados, Prostitución y mercado. Cosificación del otro".


“Segundas Jornadas Nacionales Abolicionistas sobre  prostitución y  trata de mujeres niñas/os”

Facultad de Ciencias naturales 
Universidad Nacional  de Tucumán
10 y 11 de diciembre de 2010



PONENTES:
Clara Isabel Chacana
Maestra, estudiante de Ciencias de la Educación.
Correo electrónico: clara_chacana@hotmail.com
Daniel Antonio Jiménez
Profesor de historia en colegios secundarios y en la universidad.
Correo electrónico: djimenezar@gmail.com



si nuestros bravos quedan sin abrazo
la patria se nos muere de tristeza
y el corazón del hombre se hace añicos
antes aun que explote la vergüenza.
Usted preguntará por que cantamos?
Cantamos porque el cruel no tiene nombre`
y en cambio tiene nombre su destino
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos
Por que cantamos, Mario Benedetti[1]

Introducción
Los cambios en las sociedades occidentales a comienzos del siglo XX, con la crisis de la civilización euro céntrica expresadas en la 1 y 2 Guerra Mundial, la Crisis del 29, el fascismo y las dictaduras, dio lugar a los cuestionamientos críticos que desde diversas fuentes y perspectivas han permitido el desarrollo de un pensamiento critico superador de estas instancias que pusieron a la humanidad al borde de la barbarie. Desde las ciencias sociales a las ciencias facticas los viejos dogmas científicos fueron cuestionados y superados. Pensar y luchar por una sociedad diferente se convirtieron en parte de una utopía social que busco horizontes en temas como la paz, el feminismo, la equidad, los derechos de los pueblos originarios, los derechos humanos, etc... En esta línea los estudios de género en los últimos treinta años han aportado un perspetiva original y profunda que les devolvió su lugar a las mujeres en la historia. Gracias a estos trabajos pioneros la temática se diversifico enriqueciendo el complejo espectro de las problemáticas de las mujeres.
Nosotros vamos a hacer un pequeño acercamiento al tema tratando los avisos clasificados de un conocido diario local donde se visualiza el problema de lo prostituyente conjuntamente con la doble moral, de valores puritanos y necesidades comerciales. Los avisos clasificados de los diarios son una fuente importante de ingresos para las empresas periodísticas que suelen arrogarse el rol de contralor moral ético de la sociedad. Si bien los avisos son muy variados la oferta de sexo tiene un espacio amplio y sin ninguna clase de condicionamientos. Incluso se utiliza el eufemismo de acompañantes, distorsionando lo que es claro para todos. En esta exposición que hacen de si mismas/mismos quienes ofrecen sus servicios se denota la auto percepción cosificante de los involucrados a la vez que el diario los ubica en ese rubro a la par de ventas de objetos varios. Vamos a analizar en un breve seguimiento las características de estos avisos así como las visiones denotadas o connotadas por parte de un medio grafico de Tucumán como ejemplos de deshumanización y cosificación del otro.


Medios de comunicación
Los llamados medios de comunicación, término abstracto y de apariencia neutral, son en rigor de verdad, empresas de entretenimiento y comunicación gestionadas con lógicas capitalistas de mercado donde la principal razón de existencia es la ganancia en un sistema de competencia que depende del favor del público y de las empresas anunciantes. Para mantenerlo se produce objetivamente un proceso de construcción y formación del público o auditorio a la vez que debe mantener una sintonía con una sensibilidad colectiva desarrollada históricamente en relación con los múltiples factores que conforman su cultura.  Tema complejo pero que podemos abordar en principio con algunas entradas posibles.
Los medios de comunicación se instalan como cuarto poder a fines del siglo XVIII en torno a los nacientes regimenes demoliberales del occidente asentando una abstracta idea de ecuanimidad e interés social en beneficio del progreso. Sin participar de la comunidad política en los ámbitos democráticos ya que son empresas privadas, sí suelen presentarse como catalizadores de la opinión pública, como mediadores del interés general. Esto es lógicamente un supuesto que ellos contribuyen a difundir y fogonear dado que legitima su propia existencia ocultando a su vez sus intereses sectoriales como los de cualquier empresa privada. El público es un conjunto heterogéneo y complejo cuyas motivaciones son difíciles de mensurar y que dada su diversidad la aprehensión que hacen de lo obtenido de los medios es también una incógnita conjetural. Las mismas noticias o datos tienen múltiples lecturas según lectores haya. Si bien se lo trata como un todo, en realidad son grupos muy diversos y contradictorios y los medios privilegian algunos sectores por sobre otros, como puede ser los amplios sectores medios que forman el principal segmento de consumidores y a la vez el modelo político que justifica morales de clase media a seguir. Entonces su importancia como ciudadanos que votan y son parte del grupo de la administración y del funcionariado es sumamente relevante. Por ello son objetivos primordiales de las empresas de comunicación, sin que por ello dejen de tratar temas que puedan interesar a sectores mas amplios en la búsqueda de cierta integración al plantel del consenso que proponen, básicamente una ideología encubierta en una moral que pretende ser una forma de vida digna. Esto es una cruel contradicción en un sistema que ubica a la persona en función de su capacidad de consumo.
También los medios de comunicación suelen arrogarse a sí mismos un activo rol en la construcción social de la convivencia, entendido esto como régimen político y englobando una suerte de resguardo ético que los ubica como jueces de fines y valores. Esto tiene dos facetas, la primera es la precariedad laboral y falta absoluta de especialización en la mayoría de los trabajadores de los medios, lo que junto a la acelerada disposición de las noticias les impide un tratamiento o conocimiento profundo del motivo de sus informes (por supuesto que existen excepciones a esta regla). La otra faceta es que sin un respaldo ni social ni lógico institucional, sin revelar la fundamentación de su argumentación, la envuelven en un discurso principista que compromete al lector audiencia con su moral, construyendo una ética de supuestos no respaldada ni por fundamentos ni por razones, sino más bien anclada en los crudos e innombrables (y totalmente lógicos en este sistema) intereses empresariales. Dada las repercusiones masivas de sus mensajes, debemos preocuparnos de su sentido común, muchas veces tejido de prejuicios expresados como verdades, que difunde una jerga de moda que explica sin razones el mundo que vivimos. Esto es que construye visiones de la realidad que se convierten en parte de la vida cotidiana de amplios sectores de la población, tanto de aquellos que se siente respaldados como de aquellos que se sienten desplazados (excluidos, culpables) por estas lecturas[2]. Su acción es unilateral y el poder que le confieren sus recursos económicos y tecnológicos, el respaldo empresarial y en general también político y la fuerza de la acritica tradición creada por ellos mismos y asentada en el tiempo, los convierten en un olimpo ideológico difícil de discutir.


Alteridad
Desde los lejanos milenios en que la igualdad de los sexos en un esquema social sin división del trabajo bajo regímenes matriarcales con diosas lunares y de la fertilidad hasta el presente, se ha construido el predominio machista del hombre e identificado sexo con género, donde básicamente el macho es el referente absoluto y el patrón de medidas[3]. La supremacía del cazador y del guerrero refrendada en los distintos órdenes religiosos donde dioses masculinos, guerreros y dominantes desplazaron a las diosas de la fertilidad, han cimentado una estratificación que terminó por convertirse en parte del vulgar sentido común dominante de la mayoría de las sociedades humanas. A esto se suma la ancestral y xenófoba imposibilidad de convivir con el otro, de entenderlo o aceptarlo como humano que justificaron todo tipo de regímenes esclavistas y abusos a lo largo de la historia[4].
Dentro de esta tónica la cosificación del otro, esto es considerar al otro como un objeto de uso personal sin vida ni intenciones o voluntad propia, se impuso hasta tal punto que no se discute. Al contrario, es respetar la humanidad del otro lo que debe ser constantemente rescatado para que se materialicen sus derechos. Es en esta línea donde la violencia o el abuso (prácticamente la misma cosa ya que casi nadie ejerce violencia sin saberse impune y libre de represalias, al menos en el momento del acto) se materializan estadísticamente centradas en lo que podríamos considerar los grupos más vulnerables de nuestras sociedades, las mujeres y los niños. Aún entre los sectores más postergados o excluidos, aún en la extrema pobreza, son las mujeres quienes viven la peor explotación a causa de la distribución de roles del machismo y de su posible condición materna, ineludible para casi todas las culturas.
El multiculturalismo como desarrollo de fines del siglo XX permitió hacer inteligible la profunda diversidad cultural y volver visible la represión homogeneizadora de prácticas intolerantes y subordinantes en sociedades contradictoriamente más abiertas y cerradas a la vez. La globalización achico el mundo de la comunicación, la difusión de medios de transporte eficientes disminuyo las distancias, el neoliberalismo difumino las fronteras económicas, todo esto a la par de un renacer de los particularismos nacionalistas, de la xenofobia, del control de migraciones, de cierta intolerancia. Entre las pugnas entre las posiciones exclusivistas y la coexistencia multicultural se acento la universalidad mediadora de las diferencias en un espacio posibilitador de la individuacion[5].


Prostitución
En el siglo XIX la arremetida moral del mundo occidental, dentro de las líneas del puritanismo y el evangelio del trabajo victoriano arrincona la sexualidad en la familia heterosexual monógama, blanca y cristiana, como modelo universal. “…El puritanismo impuso el triple decreto: prohibición, inexistencia y mutismo…”[6]. Esta represión que literariamente se refleja en la dualidad buscada del Doctor Jeckyll y Mister Hayde de Wells, abandona el placer en los márgenes de la sociedad y los burdeles serán reflejo de transgresión e inconformismo. La amplificación del discurso sexual ha tomado caminos no verbales, instancia de iconografía a veces imposible de pensar que lleva más bien al inmovilismo antes que al conocimiento.
Hoy las sociedades occidentales viven o sufren una exposición abierta y constante de la sexualidad tanto de estrellas del espectáculo como de personas corrientes que han difundido su vida privada en los conocidos realitis de gran audiencia. Si bien el sexo es un tema muy expuesto en la sociedad a través de revistas, televisión, cine y radio, divulgado hasta el hartazgo con burdos doble sentidos de dudoso humor transgresor, en realidad sigue siendo un tema tabú en la sociedad que lo expone.
Si bien se lo ve a diario, prácticamente no se lo puede convertir en palabras sencillas y cargadas de sentido. Los silencios de las familias, del Estado, de la Iglesia, del sistema educativo, son un indicador de esta anomia u hipocresía social. Aun en el siglo XXI nuestros jóvenes aprenden sobre sexo de manera informal en las calles, en Internet, en revistas, casi de cualquier manera menos una que sea racional y lógicamente explicada según parámetros científicos y humanistas. Todo el mundo sabe que el otro vive y se codea con el sexo constantemente pero no se pone en palabras, no se desarrollan diálogos planificados y coherentes al respecto[7]. Las consecuencias lógicas son evidentes en la gran cantidad de embarazos adolescentes o no queridos, en la difusión de enfermedades sexuales, en la inmadurez emocional que impide entenderse como sujeto sexuado y de amor. Tema pendiente que se discute en el presente con gran oposición por parte de los sectores más reaccionarios, esencialistas e irracionales.
La prostitución abarca tanto a hombres como a mujeres, siendo ellas las más comprometidas históricamente por su situación de forzada subordinación socialmente construida.
En la línea de Silvia Olivera que define la “…Prostitución institución social patriarcal que aumenta la trata a través de la construcción de necesidades de consumir cuerpos...”[8], esta institución patriarcal que subordinó a las mujeres cosificándolas como objeto de consumo se vio con el transcurso del tiempo potenciada por la mercantilización global del mundo y sus individuos, hasta el punto de convertir la compra venta de mujeres en un gran negocio del capitalismo desde el siglo XX, lo que nos retrotrae a las viejas concepciones de la esclavitud supuestamente abolidas con la constitución de 1853.
Prostituir a una persona es “…reducir su propio cuerpo a una cosa y su persona a un instrumento de placer…”[9], lo que prácticamente es reproducir la vieja concepción de instrumento parlante de Cicerón.
Entonces debemos entender que la sexualidad como producto social e histórico implica a toda la humanidad por igual pero con diferentes responsabilidades según el rol y posibilidades de que disponemos. La prostitución no es un tema particular de individuos ni de mujeres y quién consume es parte activa y central en la conformación del problema, el prostituyente (olvidado o invisibilizado por la sociedad) es la mitad a tener en cuenta a la hora de tratar el tema. Las desigualdades sociales refuerzan el camino hacia la prostitución femenina evidenciando el sistema de explotación social y cultural exageradamente desarrollado en un mundo consumista como el actual.
Un poco más allá todavía de este problema acuciante, la prostitucion es una incógnita relativamente poco tratada aun, es un tema tabú en la moralina social. Son muy pocos los trabajos al respecto todavía (aunque van en aumento) y la visión decimonónica todavía impera expresado en un estado que toma el tema como un problema medico o un problema policial, es decir, la vieja moral victoriana por llamarle de alguna manera, moral represiva que mantiene todas las ambigüedades al respecto.


Clasificados
Los clasificados en los diarios son un instrumento empresarial de divulgación y convencimiento con fines comerciales donde también se pueden tratar algunas necesidades puntuales particulares no mercantiles (como saludos familiares). En su amplia mayoría se trata de compra y venta de inmuebles, de vehículos, de tierras, de objetos varios, oferta y demanda laboral y de servicios. Nacieron con los diarios mismos y son un rubro que genera ganancias importantes en su conjunto para las empresas.
El Diario La Gaceta de Tucumán (fundado en 1914) ha recorrido por casi un siglo la historia de la provincia reflejando en gran medida las ideologías dominantes en su momento, con un fondo más bien conservador en general. Sus diferentes secciones pretenden abarcar todos los intereses del público. Si bien es un diario

Nosotros vamos a analizar la sección clasificados, rubro acompañantes de los días domingos por ser el día de mayor tirada y venta en la provincia. A noviembre de 2010 dos líneas ese día, valen dieciocho pesos ($18 o algo más de cuatro dólares). La sección clasificados tiene diez hojas, es decir 20 páginas, y en cada página caben nueve columnas con un promedio de 121 líneas cada una. Si multiplicáramos las líneas por las columnas y éstas por las páginas nos darían 21.600 líneas posibles. Esta última cifra multiplicada por $9 que cuesta cada una de las líneas, nos daría una cifra de $194.400 cada domingo. Por supuesto que esto es una elaboración teórica ya que también hay avisos con fotos, con dibujos, otros que ocupan gran parte de las páginas, otras páginas a colores, la tapa y contratapa no valen igual, muchas líneas se resaltan con negritas, etc. De manera que probablemente el margen de ganancia sea aún superior. Aquí encontramos con más claridad el sentido empresarial del diario.
Dentro de esta sección Clasificados, en los últimos años se incorporó el rubro “Acompañantes”, novedoso en la provincia pero, rubro preexistente en viejos y prestigiosos diarios del país como Clarín por ejemplo.

El rubro acompañantes oscila entre 128 y 170 líneas por domingo[10], aunque el promedio es de alrededor de 142 líneas[11]. Si multiplicamos el promedio por el costo por línea nos da $1278 cada domingo y $5112 al mes y 61.344 anualmente (contando sólo los domingos, pero en realidad los demás días el promedio y el costo son mucho menores). Una entrada posible al análisis del rubro es el aspecto económico donde si bien contado diariamente no es una cifra significativa, anualmente se convierte en un rubro que brinda ganancias claras, objetivo final de toda empresa periodística.
Ahora yendo más allá del mero aspecto mercantil podemos entender el rubro y el afán de ganancia como un espacio fuera de toda moral posible ya que como todos sabemos en realidad no son acompañantes los que se ofrecen sino diferentes servicios de prostitución[12]. Entonces la empresa utiliza argucias semánticas para exponer y vender un servicio que al no poder nombrar por su nombre real nos devela su complejidad, esto es el vinculo que crea entre quien se ofrece y quienes demandaran un servicio sexual a través de un aviso que cierra el circulo prostituyente al contactarlos. Aquí estamos entonces en un análisis mas profundo de la problemática.
Que características tienen estos avisos?. Podemos establecer algunas tipologías de análisis que nos ayudarían a entender la oferta y con ello las problemáticas presentes. Si bien el promedio de líneas es 142, en general los avisos son la mitad, unos 70 aproximadamente, ya que suelen ocupar dos líneas cada uno y tres una cuarta parte de los publicados.
Los tópicos expuestos en los clasificados expresan caracteres arquetípicos de la prostitución. Encontramos la cosificación de la mercancía que se vende, en general expresado en las medidas del cuerpo de las mujeres que son la absoluta mayoría de la oferta y del tamaño del pene en uno pocos casos de hombres que publicitan sus servicios. El sexo es entonces un cuerpo que se expone como un objeto cuantificable a usar avivando la imaginación del cliente desarrollada culturalmente por la materialidad de la sexualidad humana. El físico es parte de lo que se vende.
En unos casos se publicitan mujeres como “rubias”, elemento que tiene reminiscencias racistas en un noroeste moreno (probablemente en un país noreuropeo la atención la tengan las morochas) en una línea de exotismo que también incluye destacar un origen foráneo, buscando impactar con imágenes de edénica voluptuosidad latinoamericana y animal que a la vez contiene diminutivos perversos como “paraguayita”.
Un valor positivo lo tiene la edad, o más bien su ausencia, es decir se publicita la juventud como un valor, si bien ya lejos de las ortodoxas imágenes de virginidad, ahora se la asocia con la candida naturalidad que tiene reminiscencias perversas con la infancia, acentuando el imaginario de posesión y dominio en el uso de la juventud.
Alrededor de un tercio de los avisos hacen mención de algún valor ligado a la potencia sexual como “ardiente” y hasta de valores emocionales que en este caso tienen un sentido extra sexual proponiendo afecto, como “cariñosa”.
Un décimo de los avisos se destaca como un servicio exclusivo o VIP, retrotrayéndonos a un léxico clasista que apela a la individualización del servicio ofrecido.
Una cuarta parte se ofrecen con lugar, lo que implica un servicio ampliado.
Dos tercios de los avisos publicitan la oferta del servicio de mujeres, pero en el tercio restante encontramos una variedad que incluye a travestis, hombres, y a empresas como sex shop que vende artículos sexuales, show de desnudistas o incluso un par de hoteles alojamientos. Es de destacar la oferta de servicios sexuales variados como parte de pequeñas empresas con dos o mas personas, lo que puede implicar una situación de explotación encubierta a tener en cuenta a la hora de investigar la trata. Por ultimo también se ofrecen servicios de sexo con varios integrantes

La exposición periodística del fenómeno de la prostitución nos revela una nueva sensibilidad social respecto a este problema ya que en épocas pasadas hubiera sido impensable que apareciera en los diarios[13]. Pero contrariamente a lo esperado de la madurez de una sociedad que gana su democracia y participación política, temas profundos e importantes para la convivencia y los derechos humanos se banalizaron, despojándolos de su profundidad y dejándolos vacíos de sentido se convirtieron en un objeto mas del consumo acrítico social.
“la sexualidad ya no aparece como una propiedad de individuos atomizados o aislados sino de personas sociales integradas dentro del contexto de  distintas y diversas culturas sexuales”[14]
Las maneras de entender la sexualidad humanas como la citada nos devuelven profundidad y sentido en la medida en que se la entiende como un desarrollo social e histórico construido en una pugna constante entre sectores y poderes desiguales que buscan normativizar las conductas permitidas y no permitidas, lo moral y lo inmoral. Como seres sociales y culturales no solo aprendemos sino que elegimos nuestras orientaciones cotidianas, nuestros gustos, nuestra sexualidad.
Pero si bien la exposición mediática de la sexualidad es mas abierta y permisiva que décadas pasadas, esto no puede relacionarse con la oferta de prostitución ya que es en sí mismo un elemento prostituyente que beneficia económicamente a las empresas periodísticas y nada contribuyen a la comprensión social del fenómeno. No es el tratamiento del tema lo que les interesa s (cosa que no hacen) sino su aspecto comercial. Con esto contradicen la cita donde se visualiza la sexualidad de manera compleja y se participa de la hipocresía de vender sexo pero sin nombrarlo.

Que dice el diario respecto a la oferta de prostitución? Nada., y esto ya es en sí mismo un mensaje. Evidentemente no se cuestiona lo que publica, al punto que lo publica como si de verduras, casas o autos se trataran. No objeta el comercio de carne humana, así sea autoinflingido como parte de una marea de autoexplotación en algunos casos voluntaria dentro de un esquema social deshumanizante. Las representaciones mentales que nos guían pocas veces son puestas en cuestión y analizadas críticamente en el contexto de las posibilidades sociales y personales. Entonces el diario reproduce los tópicos del macho patriarcal dominante a través de la oferta de servicios sexuales como un objeto más a ser consumido.

“…El deseo sexual imaginado como instintivo, producto discursivo legítimo del sistema patriarcal que ha enseñado a los varones que pueden hacer uso y someter cuerpos de mujeres…”[15]. El diario participa del discurso prostituyente velando los sentidos de la oferta que realiza en el rubro acompañantes.

Es notable el cambio del discurso en relación a la moral sexual por parte del diario que en gran medida refleja y conforma la opinión pública, tan pacata hasta los años 80 cuando todo lo sexual era innombrable o solo podía ser mentado en algún doble sentido y el presente forjado en la década de los 90 donde sin abordar realmente el problema social del discurso moral y sexual se corrió hacia un discurso sin límites. Los 90 del neoliberalismo y la globalización mediática cambiaron la sensibilidad social confundiendo la libertad del individuo con la libertad de la explotación o autoexplotación del ser humano hasta en sus espacios más recónditos. Prácticamente no quedo actividad humana que pudiera ser ofrecida en el mercado y por ende comercializada en cualquier medio y de cualquier manera, el crecimiento de la prostitución y el turismo sexual mundial es el mejor ejemplo de ello. El sexo (es decir una persona), puede ser comercializada ahora en los grandes medios de comunicación y ofrecerse sin que nadie ponga en duda o cuestiones su valor social. Si todo vale por igual en un relativismo absoluto, entonces nada pueden decirnos los Derechos Humanos de un horizonte común como especie inteligente y moral.
La experiencia de la prostitución enajena la dignidad construida por visiones humanistas de los valores y la convivencia, por lo que responsables sociales de la comunicación como lo son las empresas periodísticas deben tomar la parte que les corresponde en la elaboración intelectual del tema y devolverle la profundidad que el problema requiere:  “…¿O acaso se considera que es una delicia, noche tras noche y en cualquier clima, correr por las calles para ofrecerse como una presa y servir de mecanismo eyaculatorio al primer llegado, por repugnante que fuera? … ¿Creerán que esta vida pueda ser escogida con ese libre arbitrio que es el único que justificaría a cambio la indignación moral”?”[16]
El diario y sus periodistas (hombres y mujeres) con posiciones tan moralista en otros tiempos y ámbitos, ni siquiera abordan este problema, lo niegan a tal punto que pareciera no existir. Evidentemente no se hace una asociación entre las ganancias de índole empresarial de los clasificados que pagan quienes vendes servicios sexuales y lo que podemos considerar responsabilidad social (ética pública) de esta empresa de comunicación.

Conclusión
La cultura como expresión de primer orden en la configuración de las mentalidades y artífice en la conformación de las conductas es el fenómeno de fondo que nos explica los valores y su tratamiento en una sociedad. La sexualidad siempre ha sido parte de las opciones de vida que las personas toman en el contexto de las posibilidades de su horizonte mental. La prostitución como fenómeno histórico es parte de la evolución social hacia una sociedad machista patriarcal que haciendo caso omiso de una subjetividad que debería respetar la alteridad convirtió a seres humanos (preferentemente y en su mayoría mujeres) en objetos de uso e intercambio. El varón dominante obtenía su certificado de masculinidad penetrando objetos sin voluntad propia que han perdido la libertad de optar. Ya sea por la explotación de los otros o por la propia autoexplotación, personas se convirtieron en cosas.
Esta historia vivida no ha sido aun pensada en la sociedad del presente que sigue percibiendo la prostitución con valores decimonónicos donde la hipocresía lleva a culpabilizar al otro dejando indemne a quien hace uso de los servicios sexuales, el prostituyente. Explicaciones biologicistas se conjugan con dogmáticos valores religiosos y se entroncan en instituciones estatales represivas para con las victimas y permisivas para con los victimarios.
En esta línea encontramos el discurso periodístico que por su difusión social y por el prestigio heredado del sentido común que ellos mismos han construido son un factor fundamental en la elaboración de estrategias de convivencia. La irracionalidad, los prejuicios o las complicidades han constituido un discurso machista y materialista que dentro de una lógica mercantilista vende por igual objetos que seres humanos en los avisos clasificados. La doble moral de un medio de comunicación que usualmente y de manera apodíctica emite discursos y escribe relatos prescriptivos del deber se social y político, donde la moral es un supuesto encarnado por la empresa de comunicación, nos devela finalmente la concepción instrumental del otro como objeto de fines personales. La comercialización de la sexualidad humana vendida en los avisos clasificados, a la par que genera pingues ganancias sigue la corriente de la trama cultural machista y mercantil de una sociedad que cosifica y vende seres humanos.
Si bien todos tenemos una responsabilidad en la cosa publica, son algunas personas e instituciones particulares las que tienen una cuota mayor en la construcción de la convivencia por su relevancia e impacto social. Entonces la venta de servicios sexuales en los avisos clasificados por parte de un diario local como La Gaceta es un problema que puede y debe ser tratado desde la ética por aquellos que creemos en la posibilidad de la universalidad de los derechos humanos.

Bibliografía
Benedetti, Mario: Inventario dos, Poesía completa 1986-1991. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2000.
de la Vega, Julio C.: Diccionario Consultor Político, Librograf editora, Buenos Aires, 1994
Duverger Maurice: Sociología política contemporánea, Ariel, Barcelona, 1981.
Foucault, M: Historia de la sexualidad, 1 La voluntad de saber, Siglo XXI, Buenos Aires, 2002.
Galli, Carlo: Multiculturalismo. Ideologías y desafíos, ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 2006.
Guantay Ángel: Trabajos Social y prostitución femenina. Posibilidades y límites de una intervención profesional en San Miguel de Tucumán, período 2003-2004; tesis de licenciatura en Trabajo Social, Facultad de Filosofía y Letras, UNT, 2005.
Marzano, Michela: La pornografía o el agotamiento del deseo, editorial Manantial, Buenos Aires, 2003 (1ª ed. 2003)
Olivera, Silvia B.: Las representaciones y las prácticas en el mundo de la prostitución en San Miguel de Tucumán, Tesis de grado Licenciatura en Historia, 2010.
Rocha Daniela: De lo imaginario a la realidad. Mujeres que ejercen la prostitución; tesis de grado en licenciatura en Trabajo Social, 2006.
Todorov, Tzvetan: La conquista de América. El problema del otro, editorial siglo XXI, Buenos Aires, 2003 (1ª ed. 1982)
Fuentes: Diario La Gaceta de Tucumán año 2010.


[1] Benedetti, Mario: Inventario dos, Poesía completa 1986=1991. editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2000.
[2] Un texto clásico que aborda la construcción del publico desde un proceso de infantilización es el de Duverger Maurice: Sociología política contemporánea, Ariel, Barcelona, 1981.
[3] A veces se confunde lo falico con el poder del macho sin entender el problema de fondo que es la construcción temporal del tipo de sociedad machista que es el marco de estas ideas dominantes.
[4] Todorov trata el problema del otro en la conquista de América con una originalidad inigualable.
[5] Carlo Galli desarrolla las contradicciones en la Europa de fines del s. XX donde la coexistencia y la integración son un problema irresuelto. En octubre pasado la canciller alemana Ángela Merkel siguiendo las premisas de los sectores conservadores declaro que el multiculturalismo había fracasado en su país, reflejado en diversos diarios del mundo.
[6] Foucalut, M.: Historia de la sexualidad, 1, s. XXI, Bs As, 2002. página 10
[7] En Argentina aún es un problema incorporar la educación sexual en las provincias, lo que en las escuelas primarias y secundarias es un tema pendiente que tiene serias consecuencias.
[8] Olivera, Silvia B.: Las representaciones y las prácticas en el mundo de la prostitución en San Miguel de Tucumán, Tesis de grado Licenciatura en Historia, Facultad de Filosofía y Letras, UNT, 2010, pág. 63
[9] Marzano, Michela: La pornografía o el agotamiento del deseo, editorial Manantial, Buenos Aires, 2003 (1ª ed. 2003), pág. 18.
[10] Diarios La Gaceta, domingo 21/11/10 y  18/7/10 respectivamente.
[11] Promedio sacado de las ediciones de los domingos 20/6-18/7-8/8-19/9-3/10-23/11 del 2010.
[12] No vamos a analizar aquí la legalidad o marginalidad de la prostitución, sino su presencia y tratamiento periodístico empresarial.
[13] Recién en 1983, con la reapertura democrática en Argentina, los diarios y revistas pudieron romper la dura censura impuesta y fue lentamente abriéndose camino un espacio de libertad de expresión que finalmente sin tomar en cuenta las responsabilidades banalizara el cuerpo y la sexualidad, cosificando a la persona, especialmente las mujeres. 
[14] www.latinacion.com/salud, citado en Rocha Daniela: De lo imaginario a la realidad. Mujeres que ejercen la prostitución; tesis de grado en licenciatura en Trabajo Social, 2006, pag. 34.
[15] Olivera, Silvia B.: Las representaciones y las prácticas en el mundo de la prostitución en San Miguel de Tucumán, Tesis de grado Licenciatura en Historia, Facultad de Filosofía y Letras, UNT, 2010, pág. 59
[16] Simmel, George: algunas reflexiones sobre la prostitución en el presente y en el porvenir (1892), en Filosofía del amor, París, Rivales, 1988, págs. 11-12 citado en Marzano, op. cit. Pág. 20.

No hay comentarios:

Publicar un comentario